viernes, 30 de abril de 2010

Nada es perfecto...


Este martes 4 de mayo estaremos apostando por sumas perfectas para el sistema de elecciones. Aunque a juzgar por las teorías matemáticas asomadas por nuestro charlorro invitado, Ramón Pino, las cuentas no han llegado a dar para aspirar a elecciones que no sean vulnerables. Ramón es miembro del departamento de Matemáticas de la ULA, consuetudinario de La Charlorra y ha aceptado estar en esta oportunidad del otro lado de la barra, explicando el alcance y significado de teoremas que nos dicen que nada es perfecto, ni siquiera los sistemas electorales.

La Charlorra
Dice Ramón Pino que el diseño de sistemas electorales es un problema muy viejo. De ello estará hablando desde una perspectiva matemática. Más precisamente, en Teoría del voto o Teoría de elección social se han establecido resultados que muestran algunas limitaciones para tener sistemas electorales perfectos. El teorema de imposibilidad de Arrow (premio Nóbel de Economía) o el teorema de manipulabilidad de Gibbard-Satterthwaite ilustran, respectivamente, la imposibilidad de sistemas electorales buenos y su vulnerabilidad. Ya sacaremos la cuenta.

martes, 6 de abril de 2010

Quedaremos mirando el cielo


Este martes 13, ni se casen ni nos embarquen porque tendremos Charlorra. Nos quedaremos mirando al cielo gracias a nuestro invitado cómplice Carlos Abad, quien nos mostrará cómo la astronomía se convirtió en aliada de la Humanidad en su deseo de controlar el tiempo. Carlos es Doctor en Ciencias, investigador del Centro de de Investigaciones de Astronomía (CIDA) y ha aceptado gustosamente acompañarnos en este día de suerte para todos los que confundimos la gimnasia con la magnesia.
La Charlorra
Cuenta Carlos Abad que mirando al cielo el tiempo va pasando, una frase tan sencilla como obvia que por muchos años ha supuesto la unión entre la astronomía y la sociedad. Entre observaciones del movimiento de los astros y su periodicidad, en esta Charlorra se hará una revisión histórica que mostrará cómo el cielo se convirtió en ese gran reloj que todavía deseamos conservar. Es que nada hay oculto entre cielo y tierra.